Mediante la oración a la Virgen para pedir protección, pedimos que su presencia sea una fortaleza inquebrantable en nuestras vidas, creando un vínculo de seguridad y confianza.
Al sumergirnos en la profunda conexión que estas oraciones nos brindan, podemos sentir que su manto sagrado nos envuelve, protegiéndonos de los males que nos acechan.
Así, nos armamos de fe y esperanza, dos virtudes necesarias para enfrentar los retos del día a día con una actitud fortalecida y serena.