Cuáles son los 3 Niveles del Cielo

El cielo, esa morada eterna que tantos fieles anhelamos alcanzar, ha sido tema de estudio, reflexión y devoción a lo largo de la historia del cristianismo.

La Biblia, en su vastedad, hace alusiones a diferentes «niveles» o «cielos», y es aquí donde nace la curiosidad: ¿cuántos son y cuál es su significado? En este artículo, exploraremos los niveles del cielo desde una perspectiva católica, relacionándolo con la profunda devoción a la Virgen María.

El Primer Cielo: El Firmamento

El firmamento o la atmósfera es el primer cielo. Se refiere al aire que respiramos, donde vuelan las aves y se forman las nubes. En Génesis 1:8, Dios llama al firmamento «cielo».

Esta es la primera y más inmediata concepción de cielo que nos brinda la Biblia.

La Virgen María, en sus múltiples apariciones, ha descendido de este cielo para transmitir mensajes de paz, conversión y esperanza. Como en Fátima o Lourdes, donde el cielo se abrió para que la Madre de Dios entregara su amor y guía a la humanidad.

El Segundo Cielo: El Universo

El segundo cielo es el espacio exterior: el sol, la luna, las estrellas y los planetas. Es el vasto universo que va más allá de nuestra atmósfera terrestre.

Es mencionado en la Biblia, por ejemplo, en el Salmo 19:4: «En toda la tierra salió su voz, y hasta el fin del mundo sus palabras».

La Virgen, siendo la «Stella Maris» o «Estrella del Mar», ha sido vista como una guía para los navegantes, una luz en la oscuridad del universo y de la vida.

El Tercer Cielo: La Morada de Dios

San Pablo, en 2 Corintios 12:2, hace referencia al tercer cielo, que es interpretado por muchos teólogos como la morada de Dios. Es el lugar donde los ángeles, santos, y justos alaban eternamente a Dios.

La Virgen María, al ser asunta al cielo, fue coronada como Reina de este cielo y de la tierra. Su papel intercesor ante su Hijo Jesucristo, nos recuerda la importancia de dirigir nuestras oraciones y devociones con la esperanza de alcanzar este cielo.

Más allá de los tres cielos: ¿Existen otros niveles?

La Biblia se refiere explícitamente a los tres cielos mencionados, pero hay teólogos y estudiosos que sugieren la existencia de otros niveles o dimensiones espirituales que no se describen con detalle en las Escrituras.

Sin embargo, es importante enfocar nuestra fe en las verdades reveladas y no perderse en especulaciones.

María como puente entre la tierra y el cielo

María, al ser asunta al cielo en cuerpo y alma, se convierte en un puente entre nuestra realidad terrenal y la divinidad.

Ella es un ejemplo viviente de que la humanidad tiene un lugar en el cielo.

Su intercesión constante refuerza la idea de que hay un camino que nos lleva desde nuestro mundo, pasando por los diferentes «niveles» del cielo, hasta llegar a la presencia divina.

La importancia de las apariciones marianas

A lo largo de la historia, las apariciones de la Virgen María han dejado huella en la devoción de los fieles. En muchas de estas apariciones, María ha hecho referencia al cielo y a la importancia de la conversión para alcanzarlo.

Estos eventos marianos, reconocidos oficialmente por la Iglesia, nos ofrecen una perspectiva más cercana sobre la realidad celestial y el papel de la Virgen como mediadora.

Historias Curiosas sobre los niveles del cielo

La primera historia es sobre Santa María de la Cabeza, esposa de San Isidro Labrador, conocida por una leyenda donde, al rezar por agua durante una sequía, vio cómo del cielo (firmamento) comenzó a llover milagrosamente sobre sus tierras. Una clara intercesión del primer cielo.

Y la segunda es sobre El milagro del sol en Fátima, otro ejemplo asombroso.

En 1917, durante una aparición de la Virgen María a tres niños en Fátima, Portugal, miles de personas presenciaron cómo el sol «bailaba» en el cielo. Un milagro que relaciona el segundo cielo con la intercesión mariana.

Los niveles del cielo, vistos desde una perspectiva católica, no solo son una representación de la creación y morada de Dios, sino también una manifestación del amor y guía que la Virgen María ofrece constantemente a la humanidad.

Al profundizar en nuestro entendimiento de estos cielos, nos acercamos más a la esperanza de un reencuentro eterno con Dios y con nuestra Madre celestial.