Letanias en latín

letanías en Latín

Las letanías, en latín «litaniae», son oraciones de súplica en las que se invoca la intercesión de Dios, de la Virgen María, de los ángeles o de los santos mediante una serie de invocaciones. Estas invocaciones suelen ir seguidas de una petición repetitiva, como «ruega por nosotros» o «ten piedad de nosotros».

El término «letanía» proviene del griego «λιτανεία» (litaneía), que significa «súplica» o «petición».

Las letanías se utilizan en diversas tradiciones cristianas, incluyendo la católica, la ortodoxa y algunas denominaciones protestantes. Pueden ser parte de celebraciones litúrgicas, procesiones, o actos de devoción privada.

En la Iglesia Católica, las letanías más conocidas son las Letanías Lauretanas o Letanías de la Virgen María, que se rezan comúnmente al final del Rosario. Sin embargo, existen otras letanías, como las Letanías de los Santos (que se rezan en la Vigilia Pascual y en las ordenaciones sacerdotales), las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús, y otras más.

El propósito principal de las letanías es invocar la intercesión y la ayuda divina, honrar a los santos, y expresar la fe y la devoción del creyente. La estructura repetitiva de las letanías permite a quienes las rezan entrar en una profunda meditación y concentración en las invocaciones, creando un ambiente de recogimiento y oración fervorosa.

Letanías originales en latín

Kyrie, eléison.
Christe, eléison.
Kyrie, eléison.
Christe, audi nos.
Christe, exaudi nos.

Pater de cælis, Deus, miserére nobis.
Fili, Redémptor mundi, Deus, miserére nobis.
Spíritus Sancte, Deus, miserére nobis.
Sancta Trínitas, unus Deus, miserére nobis.

Sancta María, ora pro nobis.
Sancta Dei Génetrix,
Sancta Virgo vírginum,
Mater Christi,
Mater divínæ grátiæ,
Mater puríssima,
Mater castíssima,
Mater invioláta,
Mater intemeráta,
Mater amábilis,
Mater admirábilis,
Mater boni Consílii,
Mater Creatóris,
Mater Salvatóris,
Virgo prudentíssima,
Virgo veneránda,
Virgo prædicánda,
Virgo potens,
Virgo clemens,
Virgo fidélis,
Spéculum justítiæ,
Sedes sapiéntiæ,
Causa nostræ lætítiæ,
Vas spirituále,
Vas honorábile,
Vas insígne devotiónis,
Rosa mýstica,
Turris Davídica,
Turris ebúrnea,
Domus áurea,
Fœdus arca,
Jánua cæli,
Stella matutína,
Salus infirmórum,
Refúgium peccatórum,
Consolátrix afflictórum,
Auxílium Christianórum,
Regína Angelórum,
Regína Patriarchárum,
Regína Prophetárum,
Regína Apostolórum,
Regína Mártyrum,
Regína Confessórum,
Regína Vírginum,
Regína Sanctórum ómnium,
Regína sine labe originali concépta,
Regína in cælum assúmpta,
Regína sacratíssimi Rosárii,
Regína pacis,

Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, párcenos, Dómine.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, exáudi nos, Dómine.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, miserére nobis.

V. Ora pro nobis, sancta Dei Génetrix,
R. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

Estas letanías son recitadas comúnmente al final del Rosario, después de haber rezado los cinco misterios correspondientes. La respuesta «miserére nobis» se traduce como «ten piedad de nosotros», y la respuesta «ora pro nobis» se traduce como «ruega por nosotros».

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