El Salmo 91 de la iglesia católica

El Salmo 91 es uno de los salmos más conocidos y recitados por su mensaje de protección y confianza en Dios.

A continuación, te presento el Salmo 91 según la versión de la Biblia Católica:

1 Tú que habitas al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
2 di al Señor: «Refugio mío, fortaleza mía,
Dios mío, en quien confío».

3 Él te librará del lazo del cazador,
de la peste funesta;
4 con sus plumas te cubrirá,
y hallarás un refugio bajo sus alas;
su brazo es escudo y armadura.

5 No temerás los terrores nocturnos,
ni la flecha que vuela de día,
6 ni la peste que avanza en las tinieblas,
ni la plaga que devasta a pleno sol.

7 Aunque caigan mil a tu izquierda,
y diez mil a tu derecha,
tú no serás alcanzado.
8 Con sólo dirigir tu mirada,
verás el castigo de los impíos.

9 Porque hiciste del Señor tu refugio,
y pusiste como defensa al Altísimo,
10 no te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga llegará a tu hogar.

11 Porque él ordenará a sus ángeles
que te guarden en todos tus caminos;
12 te llevarán en sus manos,
para que no tropieces con las piedras.

13 Pisarás al león y a la víbora,
aplastarás al cachorro del león y al dragón.

14 «Porque él se entregó a mí, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré.

16 Lo colmaré de largos días
y le haré ver mi salvación».

La Presencia de los Ángeles

Uno de los versículos más destacados del Salmo 91 es la mención de los ángeles, enviados por Dios para proteger a los justos en su camino.

Esta creencia en ángeles protectores ha sido una parte integral de la fe católica y ha inspirado a muchos a confiar en la presencia divina en sus vidas, incluso en los momentos más oscuros.

El Salmo 91 en la vida diaria

El Salmo 91, conocido como el Salmo de la Protección, es uno de los pasajes más recitados y amados de las Escrituras.

Su mensaje es atemporal, y sus palabras resuenan con la misma fuerza hoy que en tiempos antiguos. En la vida diaria, este salmo nos brinda consuelo, esperanza y un sentido profundo de seguridad divina.

Pero, ¿cómo se refleja el Salmo 91 en nuestro día a día? Veamos.

Refugio en tiempos difíciles

En momentos de desesperación, tristeza o incertidumbre, muchas personas encuentran en el Salmo 91 un refugio.

Sus palabras, «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente», nos recuerdan que, sin importar las adversidades, existe un refugio divino al cual podemos acudir.

Protección en la cotidianidad

El salmo menciona que no temeremos «el terror nocturno, ni la flecha que vuela de día».

En el contexto actual, estas palabras pueden interpretarse como la protección contra las preocupaciones diarias, las ansiedades o los peligros que nos acechan, sean físicos o emocionales.

Acompañamiento constante

«Porque a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos». Esta promesa nos asegura que, en cada paso que damos, no estamos solos. Hay una presencia divina que nos acompaña y guía, manifestada a través de ángeles o mensajeros de Dios.

Una relación personal con Dios

El Salmo 91 no solo habla de protección y seguridad, sino que también destaca la relación personal entre el creyente y Dios. «Con él estará en angustia; lo librará y lo glorificará». Estas palabras enfatizan la cercanía de Dios y su deseo de estar presente en nuestras vidas.

La Virgen María y el Salmo 91

La Virgen María, figura central en la devoción cristiana, es frecuentemente vista como un reflejo viviente de las promesas contenidas en el Salmo 91.

Al igual que las palabras de este salmo, que hablan de refugio, protección y fe inquebrantable en Dios, María representa la confianza plena en la voluntad divina, incluso en los momentos más oscuros.

Su «sí» incondicional al plan de Dios, a pesar de las incertidumbres y desafíos que enfrentaría, la coloca como un modelo de abandono total en los brazos protectores del Altísimo, tal como se describe en el salmo.

Además, la relación de María con su hijo Jesús refleja la promesa de acompañamiento constante y protección que se menciona en el Salmo 91.

La Virgen, al cobijar a Jesús bajo su manto y cuidar de él durante su vida, simboliza esa sombra protectora del Omnipotente donde los fieles encuentran refugio. Así, al contemplar la vida de María y meditar en el Salmo 91, los creyentes encuentran un camino paralelo de fe, esperanza y confianza en la providencia divina.

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